Tarde amarilla
Frente a sus tazas de te humeantes, reían fervientemente un montón de seres con solo en común la falta de cordura.
Sus inutiles cabezas "pensantes" recordaban los tiempos felices y se alegraban de casi olerlos aunque solo hubiera olor a te.
en esos instantes de tazas de te
donde nadie podía adivinar que tan falsas eran las risas
ni que tan bueno había sido todo en el pasado
nos dejabamos llevar por ese vapor envolvente que servia como drogra en la hora del te.
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