Intento 1: Siempre escribo no más de dos líneas, porque
siento que
Intento 2: Tengo un blog (solo lo leo yo). Siempre escribo
no más de dos líneas, porque siento que no tengo más que decir que esas dos líneas.
Que mi vida es miserable y no entretendría a nadie, menos a mí. Siempre pienso
que pueden llegar lectores incognitos que descubran mi blog y digan “me encanta
tu blog! Te sigo hace tiempo” pero no pasa nada. No soy genial, no soy cool, no
hablo de historias interesantes sexuales porque no tengo experiencias que me
toquen brígido. Porque ser abierto sexualmente está de moda, igual que el
comunismo y el feminismo, pero quien quiere leer “me da paja masturbarme y lo
hago cuando quiero hacer pipí”. No quiero escribir para la gente que disfrute
sentirse mejor que yo, no al menos dando mi cara.
Cada vez me cuesta más escribir, cuando chica le daba y le
daba, pasaba todo el día deprimida pensando en historias más emocionantes que
mi vida, y prefería escribirlas porque así hacia algo más productivo con ellas
al menos. Igual eran patéticas y muy sexuales, dignas de cabra de 14. Después
pensé: “Que patético pensar en historias bacanes para escapar de mi vida fome,
que triste y sola soy, tengo que dejar de hacerlo y dedicarme a vivir una vida
emocionante, no soñarla” y clapclapclap, chupón, follón, culión, aburrido, ni
un brillo, era más bacan en mi imaginación, fome vida real, pero la vida
imaginara ya estaba en OFF porque, dato morboso: en imaginalandia todos eran
personajes de animé, los seres de carne y bronceado no existían.
Cuando estaba más grande empecé a odiar a la gente que escribía con soltura y no se había autocensurado, me empecé a sentir la poco bacán. Eso por hoy
Cuando estaba más grande empecé a odiar a la gente que escribía con soltura y no se había autocensurado, me empecé a sentir la poco bacán. Eso por hoy
2 comentarios:
y en el 2018 qué tal?
el 18 fue un año tristisimo pero no miserable.
triste de sufrimiento, del que te enseña
hoy veo claro como si mirara las hojas del fondo de una piscina, me siento vibrar nuevamente.
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